Como en muchos temas asociados a la naturaleza, quizá lo sabemos intuitivamente, pero la ciencia lo confirma cada día más: la naturaleza es parte de lo que somos y nos hace mucho bien, e incluso, cognitivamente, aprendemos mucho más cuando estamos en contacto con ella. 

Por ello cada vez más proyectos educativos están llevándose a cabo, y muchos otros planteándose, al aire libre. Un ejemplo es la Bosquescuela, de Cerceda, un centro de educación infantil al aire libre que está homologado por la Comunidad de Madrid en España.

En este proyecto se aprende de manera experiencial en contacto con la naturaleza. “Un entorno para que los niños puedan manifestar todos sus intereses y desarrollar su parte cognitiva, emocional y social”, señala Philip Bruchner, fundador y director gerente de Bosquescuela para El País. “Para aprender, los niños necesitan estímulos para desarrollar el lenguaje, las matemáticas, la percepción espacial… Todo lo encontrarán en la naturaleza salvaje, donde exista variedad de especies, ríos, bosques, montes, rocas, árboles… Este entorno no lo hemos hecho nosotros; está ahí”, explica Bruchner al mismo medio.

Pero, ¿Se aprende más al aire libre? Según múltiples estudios, sí, se aprende más y mejor. Algunos de los motivos son los siguientes:

Aumenta su desempeño: como los niños están contentos, estimulados, y además relacionan las ciencias directo con la naturaleza, la manera en que asimilan el conocimiento es más profunda y divertida.

Acrecienta el desarrollo integral del niño: está comprobado que aprender y jugar al aire libre promueve el desarrollo emocional, intelectual y de comportamiento en los niños. 

Promueve cualidades muy importantes para su madurez intelectual y emocional: el contacto con la naturaleza promueve el sentido del yo, su independencia, confianza, creatividad, resolución de problemas, seguridad en la toma de decisiones, empatía, disciplina e iniciativa.

Promueve un sentido de civismo y comunidad:  la alegría que provoca estar en la naturaleza y su belleza genera momentos  que promueven un sentido de pertenencia y afecto.